Cuento de Confianza y Amistad

La compañera Olga del Curso "Cuentos para caer en la cuenta" trajo a  clase una "bolsa mágica" cargada de cuentos y de "otras pócimas maravillosas": Nos propuso para empezar una práctica de mindfulness para  "sosegar nuestro espíritu", a continuación  nos presentó y contó el cuento ilustrado por ella misma del Elefante y la Alondra, también nos  obsequió  con  un conjunto de citas y reflexiones y ,por último, nos animó a cantar todos juntos la canción  Color Esperanza de Diego Torres.  

Todos y todas  nos dejamos seducir por un buen rato por la "mágica" (y magica) Olga  y por ello te damos este entusiasta aplauso...

MUCHAS GRACIAS!!!!



El elefante y la alondra
Y a ti,¿qué te impide volar?

El elefante y la alondra eran amigos. La alondra le señalaba al elefante los rincones mas sombreados de la selva, y el elefante protegía con su presencia nocturna el nido de la alondra de serpientes voraces y ardillas rapaces.

Dibujos realizado por Olga

Un día el elefante le dijo a la alondra que le tenía envidia por poder volar. ¡Cuánto le gustaría remontarse por los aires, ver la tierra desde las alturas, llegar a cualquier sitio en cualquier  momento!   Pero con su peso... ¡era imposible!

La alondra le dijo que era muy fácil. Se quitó con el pico una  pluma de la cola y le dijo:
  "Aprieta fuerte esta pluma en la boca, y agita rápidamente las   orejas arriba y abajo" 

El elefante hizo lo que la alondra le había dicho. Apretó con  fuerza la pluma en la boca para que no se le fuese y comenzó a   agitar sus grandes orejas arriba y abajo con toda su energía.

 Poco a poco noto que se levantaba, despegaba, se sostenía en  el aire y podía ir donde quisiese por los aires con toda  facilidad.

Vio la tierra desde las alturas, vio los animales y los hombres, cruzo por lo alto el río profundo que había marcado  el límite de su territorio, exploro paisajes desconocidos, y  volvió al fin, feliz y contento a aterrizar al sitio donde   había dejado a la alondra.


 "No sabes cuánto te agradezco esta pluma milagrosa", le dijo.

  Y se la guardo cuidadosamente detrás de la oreja para volver a  usarla en cuanto quisiera volar otra vez.

 La alondra le contesto: "Oh, esa pluma. La verdad es que no vale nada. Se me iba a caer de todos modos, y era inútil.  Pero tenía que darte algo para que creyeras, y se me ocurrió   eso. Lo que te hizo volar fue lo bien que agitaste las orejas".
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Todas las personas necesitamos amigos que, en momentos de inseguridad o duda, nos transmitan confianza y nos animen a "creer en nosotros mismos". 

Comentarios

  1. Gracias a Olga, por su cuento y por el optimismo que destila, en su día a día, y gracias a Pepe una vez mas, por sus enseñanzas, sus canciones y todo lo que nos transmite!

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